Bruno es un niño de tan solo nueve años que, con el avance de la Segunda Guerra Mundial, se tiene que ir de su Berlín natal e instalarse en una casona en medio del campo. La razón es por que su padre, un militar nazi, ha sido ascendido y proclamado supervisor de uno de los campos de concentración. Durante los primeros días, Bruno, que es el niño mimado de la familia, se dedica a descubrir la casa y sus criados, con los que habla en medio de la tensión. También puede ver la transformación de su hermana al comprobar su interés por uno de los soldados nazis y el repudio de su abuela al comprobar el lugar donde están.
Muy buen libro, aunque puede ser algo duro para los lectores más sensibles.